sábado, 16 de junio de 2012

CLIMA EN EL AULA


Las investigaciones que se realizan en torno al clima escolar del aula necesitan organizar y clarificar el constructo que las justifican. Los hallazgos de las investigaciones sobre ambiente han sido clasificados por Anderson en cuatro grandes categorías: ecología (característica y tamaño de edificio), medio (características y moral de profesores y estudiantes), sistema social (organización administrativa, buena comunicación,...) y culturales (compromiso del profesor, premios y alabanzas, metas…)
Los conceptos que fundamentan los estudios del clima educativo proceden, según Nielsen y Kirk (1974), de teoría psicosociales que asocia las necesidades de los sujetos con variables estructurales de tipo social, relacionando la motivación y la conducta humana, que consideraba el aula como un sistema social.
El estudio del ambiente de clase tiene importancia para la comprensión de los procesos de aprendizaje en el aula. El aprendizaje, desde el punto de vista didáctico, considera además del alumno al profesor. Se orienta al conocimiento de su estructura, naturaleza, leyes o teorías e investiga además, que transacciones mantienen los agentes personales profesor-alumno, con referencia a la realidad  de la clase.
Las percepciones de los alumnos sobre los objetos y actividades que son “psicológicamente significativos” para la dinamización de las regiones que forman el espacio vital de las personas que configuró lo primero de las investigaciones sobre el ambiente. Las dimensiones de ambiente actúan como indicadores del grado de tensión o satisfacción que tiene un sujeto en relación con las dimensiones o metas de su entorno. El aprendizaje se puede realizar en bale al repertorio de capacidades cognoscitivas que tiene el sujeto y de la atribución que haga de ellas que le potencian en el recorrido hacia la meta.
El aprendizaje puede ser percibido por los alumnos de distinta forma: memorización o desarrollo personal. En estas percepciones encontramos correlacionados problemas motivacionales como el temor al fracaso, actitudes negativas, agotamiento de motivación intrínseca.
La evaluación del clima, ambiente, o contexto es una línea temática de investigación a la que no es ajena la comunidad científica española, así se puede hablar de algunos determinantes del ambiente de aprendizaje como también que el ambiente de aprendizaje determina o es causa del rendimiento.
Un ambiente de clase requiere la utilización de algunas técnicas de investigación tales como: observación, entrevista, autoinforme, diferencial semántico…
Para mejorar la eficacia educativa de las medidas disciplinarias conviene tener en cuenta que:
Uno de los objetivos de la disciplina es enseñar a respetar ciertos límites. Los estudios realizados sobre este tema reflejan que el respeto de dichos límites mejora cuando las normas son claras y coherentes, han sido elaborados por todos los miembros de la comunidad escolar, incluidos los alumnos, y se aplican a todos según principios previamente aceptados.
La sanción debe contribuir a diferenciar entre agresores y víctimas. Los estudios realizados en contextos muy diversos reflejan que la impunidad ante la violencia hace que esta genere más violencia, debido a que los agresores (y las personas que se identifican con ellos) la interpretan como un apoyo implícito, transmitiendo que, aunque en teoría se condena la violencia, en la práctica se aprueba. La impunidad contribuye a reforzar dos graves distorsiones que potencian la violencia, que llevan, en su forma más extrema, a asociar la conducta del violento con la del héroe, y, con mucha frecuencia, a culpabilizar de dicha violencia a la víctima. En este sentido, una de las funciones de la sanción es establecer con claridad quién es culpable y quién no lo es; enseñando a asumir responsabilidades a quien las tiene y a no sentirse culpable a quien no lo es.
La disciplina debe favorecer cambios cognitivos, emocionales y conductuales. Los procedimientos de disciplina deberían contribuir a que el violento se ponga en el lugar de la víctima, entienda lo destructiva que es la violencia, se arrepienta de haberla utilizado, intente reparar el daño originado y desarrolle alternativas constructivas para no volver a recurrir a ella en el futuro en situaciones similares.
El respeto a los límites mejora cuando se aprenden habilidades no violentas de resolución de conflictos. Ayudarles a descubrir y enseñarles procedimientos sistemáticos para resolver de forma más inteligente y justa sus tensiones y conflictos es un procedimiento muy eficaz para prevenir la violencia. Los estudios realizados sobre este tema reflejan que dichos jóvenes suelen tener alterado todo el proceso a partir del cual se analizan y resuelven en la vida cotidiana los problemas interpersonales.
Conviene incluir la disciplina en un contexto de democracia participativa. Los estudios realizados sobre las condiciones que influyen en el respeto a las normas reflejan que cuando se exige a niños y jóvenes que se limiten a obedecer las reglas que otros han creado, suelen sentirse pocos comprometidos con su cumplimiento. Al contrario de lo que sucede cuando participan realmente en la organización de la vida en común y de las acciones que serán preciso llevar a cabo cuando se transgredan las normas. En síntesis: un grupo no puede funcionar bien, no puede trabajar eficazmente en conjunto, a menos que adopte normas compartidas. Las normas tienen influencia importante en el clima del aprendizaje en el aula. Si la mayoría de los alumnos de un grupo comparten las mismas normas, la presión de estas inducirá a los demás del mismo grupo a participar. Pero si no existen normas compartidas, la clase no funcionará como grupo, y seguirá siendo un conjunto de individuos.

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